Las crisis exigen desempeños superiores en quienes ejercen o pretenden ejercer el liderazgo. Son coyunturas, tránsitos, en los cuales las condiciones que conocemos como naturales o ‘normales’ se desdibujan. No reconocemos el clima, el ambiente, las variables sobre cuya base hemos planificado previamente.
En medio de circunstancias tan adversas, los objetivos y metas, parecen tambalearse. Dudamos sobre su validez o viabilidad. Igual nos pasa con las estrategias que hemos diseñado: no sabemos si podrán funcionar o si se ajustarán a las presiones del entorno. Las personas nos vamos llenando de interrogantes, cuestionamientos e incertidumbre y eso trae movimientos emocionales (miedo, rabia, desconcierto, rebeldía, apatía, apasionamiento fuera de control) que nos paralizan, nos dispersan, confunden las dinámicas y enrarecen las relaciones.
Esto hace que el panorama se enturbie y que corresponda a los líderes sacar los limpiaparabrisas, retomar el norte y redibujar la ruta, para poder convocar nuevamente la alineación de los equipos y su entusiasmo por los proyectos en marcha. El liderazgo, en términos generales, implica retos importantes. Sin embargo, en escenarios como los descritos, la batería de competencias, aptitudes y actitudes con que se cuenta para liderar debe ser potenciada y afinada. Por ello, para tratar de sumar en tiempos complejos, compartimos con ustedes 10 claves fundamentales para ‘liderar crisis’.
10 claves para liderar en tiempos de crisis
- Circunstancias complejas y posiciones en conflicto en el equipo exigen revisar, ajustar y reforzar la visión de la organización. El norte no es un hito inamovible sino el resumen de una aspiración. Siendo así, cuando el barco se sacude, es necesario mirar el mapa y revisar a dónde queremos llegar.
- Escuchar con atención la información que proviene del entorno y el equipo, y demostrar disposición al diálogo. Nunca, como en tiempos de confusión, es necesario crear espacios para que las personas se expresen y valorar las diferentes perspectivas.
- Tener y contagiar una actitud proactiva y positiva respecto a metas y circunstancias. Esto implica usar más estrategias de motivación, y menos órdenes y directrices. Toca multiplicar el entusiasmo y constituirse en referencia de fe en el proyecto.
- Ser proactivo, generando las oportunidades necesarias para enfrentar circunstancias y avanzar hacia la Visión. En tiempos de crisis, los líderes deben salirle al paso a las circunstancias, dar los primeros pasos, avanzar ante las circunstancias y buscar las oportunidades.
- Tener apertura a las críticas y ser realista en su auto-percepción, evitando la trampa de ‘creerse perfecto’. Es necesario que el líder tenga una afinada auto-percepción que le permita valorar sus fortalezas y debilidades, y estratégicamente repartir los roles y responsabilidades entre los mejor capacitados para lidiar con las circunstancias. En crisis el líder debe ser real y cercano, claro y hábil para crecer y aprender.
- Mantenerse flexible, evolucionando con las circunstancias y evitando posiciones rígidas e intransigentes. Las crisis, además de sacarnos la alfombra de debajo de los pies y remover la mayoría de los presupuestos con los cuales hemos planificado y trabajado, vienen preñadas de oportunidades. Solo si sabemos navegar con ellas, flexibilizarnos como el bambú, lograremos sobrevivir sus embates.
- Respetar e incluir las ideas y opiniones diferentes puede ser el mayor apoyo para ofrecer soluciones efectivas. Nadie tiene toda la información, todas las claves, toda la visión, toda la verdad. Las visiones divergentes pueden ser nutritivas y darnos los insumos para manejar cosas fuera de nuestra idea original.
- Conservar el enfoque en lo esencial para el efectivo avance y logro de la Visión, sin distraerse con detalles. Las crisis, como los torbellinos, levantan una inmensa cantidad de polvo, distracciones, ruidos, que vuelan alrededor de los ejes. Detonan gran variedad de temas que antes no se veían o no parecían relevantes. Es importante no perder la visión de lo importante, lo esencial. Economizar las energías y recursos para concentrarlos en las acciones y temas clave que nos aseguren sortear la crisis con éxito.
- Delegar responsabilidades, promoviendo el crecimiento de su gente, empoderando y evitando centralizar el poder. Las crisis son la contracara de las oportunidades, en ellas las personas tienen ocasiones de oro para sacar a relucir destrezas y competencias particulares y destacar. El líder debe estar atento, fortalecer al equipo, sacarle brillo a sus posibilidades y, mediante una efectiva delegación, mantenerse enfocado en lo clave y no desgastarse tratando de controlar todos los temas.
- Desarrollar empatía, conectar con la gente, comunicarse, valorar y respetar opiniones y sentimientos ajenos. Las crisis revuelven por dentro y por fuera a todos y cada uno de los miembros del equipo. El líder necesita asegurarse de mantener su legítima conexión con las personas que le acompañen. Ponerse en los zapatos del otro refresca la perspectiva y acerca, alimentando relaciones más reales y sólidas.
Estas claves quizá no sean condición suficiente para asegurar el éxito al liderar una crisis, pero son, sin duda alguna, condiciones necesarias. El líder precisa afinar su estrategia y asegurar que su liderazgo mantenga legitimidad y validez aún en tiempos revueltos, o quizá más bien deberíamos decir: más que nunca en ‘tiempos revueltos’.
Por: Dunia de Barnola, Ex- directora ejecutiva de Venezuela Competitiva.